Bar Refaeli, un cuerpo 10 en Lanzarote.

En una playa paradisíaca de Lanzarote, disfrutamos de la alegría de la modelo y de su filosofía de vida para tener un cuerpo perfecto. ¿Una de sus claves? ¡Sonreír es sexy!
La revista ELLE ha conseguido lo que otros muchos han intentando y soñado: desnudar a Bar Refaeli. La modelo destapa su lado más salvaje y natural en el especial del Cuerpo de este mes, una producción realizada durante tres días en la isla de Lanzarote

La que fuera novia de Leonardo DiCaprio se define en la entrevista que acompaña a este espectacular reportaje como una mujer “optimista, alegre, divertida, gran amante de la vida sana”.

A diferencia de otras top, Bar está orgullosa de sus curvas y su físico alejado de las tallas imposibles. “Me considero una chica normal y sana. No soy muy delgada ni tengo sobrepeso. Disfruto de la comida, voy al gimnasio…y estoy enganchada a Twitter”, confiesa la maniquí, que acaba de debutar como diseñadora de ropa interior.


Sobre sus secretos de belleza, Bar también confiesa que “practico TRX, (trabajo muscular suspendido en el aire), un entrenamiento “cardio” muy intenso y duro que hace verdaderos milagros pero también me gusta leer libros que hablan de la vida y de cómo aceptar las cosas”.

La israelí, que ha reconocido esta misma semana haberse sentido violada durante un cacheo en un aeropuerto de Londres, habla también sin tapujos de su vida privada. Afirma sentir haber nacido “para ser madre. Me gustaría tener pronto no un hijo sino varios, pero no he encontrado todavía el hombre apropiado”, explica, aunque desde hace unos meses sale con David Fisher, con quien ha sido fotografiada durante sus vacaciones de verano en Italia.

Hace ya algún tiempo que vuelven a ser vistos juntos, aunque su ritmo de trabajo le hace sentirse “realmente afortunada de tener la oportunidad de viajar por todo el mundo, pero no tengo hogar ni sensación de estabilidad, no existe en mi oficio”, añade.

Sobre su momento profesional y su intensa agenda de trabajo, explica que “ha llegado un punto en el cual puedo elegir lo que quiero y lo que no quiero hacer. Ya no acepto trabajos por el dinero, sino en función de otras razones, como el fotógrafo o el proyecto”.

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