Paz Vega derrocha sensualidad en GQ México.

Una mujer que nació para ser actriz y proyectar su belleza en cada nueva actuación. Paz Vega no es una actriz de un solo papel. sin embargo, difícilmente podrá quitarse el estigma de lucía, aquella camarera valiente enamorada de lorenzo, que en lucía y el sexo proyectó su belleza al mundo. recientemente paz filmó en méxico espectro. y esto nos contó.

“Creo haberme dado cuenta que ser actriz se nace o no. Es lo que soy y para lo que sirvo, sólo que cuando eres pequeño, si no tienes nadie que lo estimule, no te das cuenta, sólo está latente. Con el tiempo he dado significado a cosas sin importancia de mi infancia. Por ejemplo, cuando mis padres me acostaban porque tenía colegio, abría sigilosamente la puerta de mi cuarto, que daba al salón. Allí veían ellos la televisión y por aquella rendija me gustaba ver y escuchar, sobre todo, las películas en blanco y negro. Nunca supe darle un nombre a eso… hasta ahora”.

Paz Vega (Sevilla, 1976) comenzó una carrera como actriz en su España natal hace ya 15 años, tiempo en el que ha conseguido rodar y estrenar películas en medio mundo y en el que ha hecho de su vida un cohete espacial en una dirección: Hollywood. Y si las respuestas a sus primeras inquietudes las halló en la carrera de Periodismo, donde definitivamente se encontró a sí misma fue delante de una cámara. Curtida en la televisión, una primera película como protagonista de la mano de Julio Medem, Lucía y el sexo, supuso un pistoletazo de salida que, gracias al éxito internacional tras su estreno, provocó que muchos ojos se fijaran en ella: Estados Unidos, Italia, Túnez, Francia… y ahora México.

El realizador Alfonso Pineda Ulloa le hizo llegar a Los Ángeles el guión de Espectro, y en menos de una semana Paz Vega estaba instalada en la Ciudad de México como protagonista de esta cinta de terror. “Estaba decidiendo si entraba o no en un proyecto que tenía entre manos cuando lo leí: lo aparqué todo y me lancé”, cuenta ella desde Francia, donde, recién llegada de España para realizar una pequeña colaboración en la nueva película de Pedro Almodóvar, está embarcada en su siguiente trabajo: interpretar a Maria Callas en el film sobre la vida de Grace Kelly que protagoniza Nicole Kidman. “Me gusta viajar en este trabajo, incluso esa sensación que tengo a veces de despertarme y no sé donde estoy. Si hubiera querido otra vida estaría sentada en una oficina con un horario”, reconoce. A caballo entre Niza, Mónaco y París, interpretará a la diva del bel canto en su mejor época, con un vestuario muy cuidado y donde incluso se atreverá a interpretar una escena en la que canta.

Paz juega a ir saltando de género en cada trabajo, aunque el suspense de su aventura mexicana le atrajo principalmente por tratarse del terreno más nuevo para ella. “Buena parte de la historia transcurre en un departamento, donde imaginación y realidad se van intercalando. Tengo muchas ganas de verla, pero sobre todo con público. El terror funciona cuando se lo pones a la gente, ahí es donde se ve si lo has conseguido o no”, dice sobre la historia de Marta, una mujer con un pasado como vidente que regresa a casa tras un año en una clínica psiquiátrica, pero que, incapaz de relacionarse con el mundo exterior, se encierra en su casa mientras comienza a sentir presencias entre la realidad y la imaginación. “Fue duro, siempre a la contra de lo que el espectador espera. Pero terminé muy contenta, también porque en esas semanas en la Ciudad de México descubrí una ciudad muy preparada culturalmente hablando, me he encontrado muy bien y viviendo un espíritu en su pueblo del que terminé enamorada”.

Paz está especialmente preocupada por la salida definitiva de la crisis mundial, pero que tiene a su país, España, en el punto de mira. “La situación tan dramática está haciendo mella en el carácter de la gente. La crisis es material, pasará y no tendrá más importancia. Ya nos pasó en otros momentos históricos, como la posguerra. Pero me asusta lo desilusionada que está la gente joven, pensando que no tienen futuro. Antes no veía esa tristeza, y el espíritu del mexicano en ese sentido le falta a mi país. Estamos esperando una varita mágica que lo solucione todo, hay mucha queja pero también pasividad. Tener hijos hace que veas esas cosas de otra manera”, reflexiona una Paz que también advierte que ella no se puede quejar de nada, ya que tiene trabajo y la sensación de estar en una dinámica de llamadas y peticiones que, de momento, no la va a hacer parar: “Me encanta trabajar, y no me canso porque soy una afortunada de hacer lo que hago, de que me paguen bien, de que me sigan llamando, de poder compaginarlo con una familia y de hasta disponer de unos meses entre películas para tener tiempo yo. Sólo por agradecimiento no tengo derecho a cansarme”. 

Porque Paz Vega es madre de tres hijos pero también hija, esposa, empresaria… ¿cómo lo hace para ser todo eso pero también dedicarse algo de tiempo a ella misma? Siendo pragmática: “He pasado 30 años de mi vida sola, sin hijos, pero ahora no concibo un tiempo libre sin ellos. Pero he aprendido a tener mis momentos. Ahora disfruto mucho los aviones, viajes de muchas horas donde organizo mi cabeza, leo guiones, algún libro… también me pasa en los hoteles. Aunque a mucha gente les entristezca, me resulta fácil relajarme en un hotel sola, me distraigo, doy un paseo… No soy una mujer de darle vueltas a las cosas, y menos de preocuparme por lo que no tengo o no estoy haciendo. Prefiero vivir, no ser tan exigente, aceptarme a mí y a mis limitaciones, que no hay que hacerlo todo siempre y hay que conservar cosas. Y me está sentando muy bien, porque hasta que no te encuentras no dejas de incordiarte, y sin la ayuda de nadie”.