Para el público latinoamericano es un 'sex symbol' desde hace veinte años. Y la prensa ya le había echado el lazo tras sus romances con algunas estrellas del cine y la música (Enrique Iglesias, Luis Miguel, Mark Wahlberg o Tom Cruise). Pero la fama mundial ha llamado a la puerta de Sofía Vergara gracias al personaje de Gloria en 'Modern family', una inmigrante latina, chillona y desquiciada, escrito especialmente para ella e inspirado en su vida.
A punto de cumplir los cuarenta, la actriz colombiana ha roto con los tabúes y se codea con los más poderosos de la industria norteamericana. Una industria en la que cientos de artistas latinas se tiñen de rubio para disimular sus orígenes, Sofía Vergara se ha teñido de morena para reivindicarlos. "Un día me dije: 'voy a tratar de quitarme el acento para conseguir más papeles", confiesa.
Y es que la marca Sofía es hoy en día una importante maquinaria: Este último año ha ganado 19 millones de dólares, se ha colado en la lista Forbes de las 100 celebridades más importante en Estados Unidos, ha conquistado al mismísimo Presidente Obama y hace reír a trece millones de espectadores. Extraemos algunos destacados del reportaje exclusivo que encontrarás en el número de julio de Vanity Fair, en el quiosco a partir del día 21 de junio.
"Tengo que aprovechar que ahora soy la novedad y les gusta lo que hago, antes de que se aburran y me manden callar", comenta entre carcajadas.
"Lo siento por las actrices veinteañeras a las que comparan conmigo. Si yo tuviese esa edad me pondría 'brava' que me comparasen con una vieja de cuarenta".
Su hijo Manolo inspiró al hijo de Sofía en la ficción: "Yo soy Manny. De chiquito bebía café igual que él y era medio gordito. Mi papá, como el de la serie, también se queda en casa con nosotros cuando viene de visita a Los Ángeles".
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